Sunday, March 10, 2013

CHÁVEZ Y AMÉRICA LATINA


El funeral de Hugo Chávez dibujó un retrato de una América Latina renovada. Presidentes de derechas e izquierdas mostraron una Región unida y diversa, más independiente de Estados Unidos y respetuosa del pluralismo político. Una realidad muy diferente a la que habitualmente se proyecta en los grandes medios de comunicación occidentales, acostumbrados a demonizar a Chávez y estigmatizar a los países latinoamericanos en buenos y malos. 

Un retrato de América Latina

“La izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas”. Así batía su “artefacto” el poeta Nicanor Parra (Premio Cervantes, 2011) y golpeaba al mismo tiempo a la revolución cubana y el imperialismo norteamericano. Era 1972. 

Cuarenta y un años después, aquel antipoema reaparecía en la la Academia Militar de Caracas, ante el féretro donde reposaba el cuerpo de Hugo Chávez, el militar que gobernó Venezuela durante 14 años, siendo elegido cuatro veces Presidente en elecciones limpias, auditadas por observadores internacionales.

Los Presidentes de derechas y de izquierdas  de todos los países latinoamericanos (Dilma Rousseff y Cristina Fernández, ausentes, concurrieron el día anterior), se reunieron en la sede militar convocados por la figura o memoria de Chávez.

El “antipoema” de Parra se convertía en un retrato vivo de una de las tendencias de la actual América Latina: la unidad diversa, muy diferente a la uniformidad o el equilibrio, buscando todos juntos la inserción y participación en el nuevo mundo en formación, mediante la cooperación, la justicia social y el pluralismo político.

Castro y Piñera encabezan los honores a Chávez
Dos muestras elocuentes: las palabras del Vicepresidente Maduro hacia José Manuel Santos, recordando el reencuentro de Venezuela y Colombia, protagonizado por Chávez y el propio Santos y la respuesta, no verbal, conmovedora, de Santos en la ceremonia. Asimismo el agradecimiento especial de Maduro hacia Sebastián Piñera, por las  expresiones inusuales de afecto y de reconocimiento del Presidente chileno hacia Hugo Chávez    


Chávez protagonista

La presencia de los gobernantes de derechas e izquierdas no fueron meramente protocolarias, sino de valoración a Chávez como uno de los protagonistas de la América Latina de la post-guerra fría, independiente de Estados Unidos y edificadora de una coordinación política de acuerdo a procedimientos democráticos.

El Presidente venezolano participó en esta construcción, siendo un decidido y entusiasta forjador de la UNASUR (Unión de Naciones de América del Sur), la CELAC (Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe) y del ALBA  (Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América).

Un gobernante incómodo

Chávez  fue un gobernante incómodo y los grandes medios de comunicación de occidente lo demonizaron como un “tirano propio de una república bananera", como un "dictador bárbaro".

La pregunta es: qué parecido se puede establecer entre Chávez y los jefes de aquellas repúblicas como Trujillo, Somoza, Duvalier, Castillo Armas, Pérez Jiménez, Stroessner; qué sintonías se pueden sostener entre Chávez y dictadores como Pinochet, Videla, Banzer, Ríos Montt y los cinco militares que gobernaron Brasil entre 1964 i 1985

¿Sería posible imaginar que si Chávez hubiese sido un tirano bananero o un dictador bárbaro habría sido homenajeado  por Presidentes de derecha y izquierdas reunidos? "Qué extraño dictador", este  Chávez, decía el escritor uruguayo, Eduardo Galeano.

Gobernando un país con una Constitución participada, votada y aceptada por todos, con elecciones limpias, medios de comunicación de oposición, sin policías ni cárceles secretas, ni maquinarias de tortura a los disidentes ni desaparecidos por motivos políticos. 


Un carácter autoritario y democrático

Chávez pertenece a la generación política de Dilma Rousseff y de Michelle Bachelet, aunque de orígenes culturales distintos. Él era un militar rebelde, con una formación contrapuesta a los militares que estudiaron en las academias de Estados Unidos, que torturaron a Rousseff i Bachelet.  Era un comandante atrevido, de lenguaje directo e insolente.  

Como político autodidacta poseía un carisma popular y religioso, ejerció  el poder usando formas autoritarias y democráticas. Con un ideario de nacionalismo latinoamericano (“bolivariano”) y revolucionario (“socialista”) puso la riqueza del país al servicio de los intereses populares, en beneficio de los pobres, rompiendo con la Venezuela “saudita” del petróleo y del millón y medio de analfabetos, gobernada por las oligarquías económicas y políticas (conservadores y socialdemócratas).

Esta política visibilizó a los pobres despertando un amplio entusiasmo populares. Una mujer, en estos días lo sintetizaba así: "Venezuela es el único país donde los ricos están descontentos y los pobres están felices” y  esa realidad descoloca y contraría a los grandes medios de comunicación de occidente.

Ni héroe, ni villano

Ni Dios ni demonio, ni héroe ni villano. Chávez se forjó un liderazgo y estilo político ofensivo, perturbador, a veces incomprensible, pero siempre orientado hacia una idea de solidaridad, de más igualdad, justicia social, de un mundo más humano, diferente al  que exhibe el capitalismo, sobre todo su vertiente neoliberal.

En el legado, leído por Maduro en la ceremonia, animaba a los venezolanos a contribuir a la preservación de la vida del planeta y de la especie humana, sin bombas nucleares ni fuerzas destructivas que contaminan los ríos, los mares y la atmósfera. Decía: por sobre el capitalismo y el socialismo, o cualquier creencia religiosa, política o ideológica, está el ser humano.

Este mensaje, como los Presidentes latinoamericanos de izquierdas y derechas en Caracas, vuelve a conectar con uno de los “antipoemas” de Parra: "socialistas y capitalistas del mundo uníos, antes que sea demasiado tarde".

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