La socióloga Saskia Sassen, la única mujer entre los 10 más reconocidos
cientistas sociales del mundo, - en el Centro de El Born de Barcelona - revela
que el modelo de globalización, aceptado por muchos gobiernos, está expulsando
a las clases medias de territorios construidos por el Estado moderno.
Movimientos sociales de diferentes orígenes se resisten a abandonarlos.
Saskia Sassen: unir capacidades y modalidades en los movimientos sociales |
las expulsiones del sistema
El recorrido intelectual hecho
por Sassen fue concluyente: la clase media, constituida en un actor histórico en
el desarrollo del Estado moderno, ha comenzado a ser desalojada brutalmente de
su territorio a través de la acción
tenaz de desregular, privatizar y financiarizar la economía mundial.
El resultado o cosecha de lo
sembrado por el capitalismo financiero, en los 80 y 90, es la lógica de
expulsión, que se evidencia en millones de familias desplazadas de sus territorios,
de trabajadores desempleados de sus faenas y de pequeños empresarios y profesionales
autónomos excluidos de mercados productivos y de servicios
La expulsión de estos sectores de
la sociedad se vuelve trágica cuando comienzan a desaparecer socialmente: el
sistema político no les reconoce ni considera, el económico no les contabiliza
y el mediático los acaba por invisibilizarlos.
gobiernos colaboran en el desalojo
La dinámica del capitalismo
financiero consiguen la aceptación o sometimiento de Estados y gobiernos, los
que la fortalecen con normativas legisladas o decretadas para aplicar los
principios económicos globales en cada país.
El Ejecutivo, como parte del
Estado, es el colaborador por excelencia del proyecto de globalización, que desnacionaliza
y privatiza el territorio al perder competencias o facultades. Así, el Estado
se distancia de los ciudadanos, deja de cumplir su rol representativo y
debilita su legitimidad democrática.
Este proceso tiende a cubrir el
máximo de territorio donde el Estado ha gozado de una soberanía indiscutida desde
la revolución francesa y americana. Ahora, fluyen cada vez con más recurrencia lógicas
de reclamación que se enfrentan a las del poder. Los ciudadanos muestran rechazo
a que sus derechos sean minimizados y sus beneficios liquidados.
movimientos sociales resisten
El territorio como espacio de
representación se libera del encaje singular con un Estado que presume como
único representante de su pueblo. Algo que, según la socióloga, las
constituciones de las post-dictaduras militares en América Latina, las post-comunistas
en Europa y la del post-apartheid en Sudáfrica lo establecen: el Estado da
menos, los ciudadanos reciben menos.
Así, surge la distancia recelosa entre
el Estado y los ciudadanos. Irrumpen nuevos actores, movimientos sociales con
genealogías de diversos significados, que construyen sus propios territorios de
reclamación. Es lo que ha ocurrido en los últimos cinco años en Chile, Israel,
Inglaterra, España, Islandia, Estados Unidos o en Brasil, entre otros.
Las distintas experiencias de estos
movimientos tienen en común ganar territorio ante la imposición de políticas de
austeridad, seguidas de la mercantilización de la sociedad, que recorta
derechos cívicos, económicos, sociales y ambientales conseguidos bajo los
estados de bienestar modernos sean de signos capitalistas o socialistas.
Movimiento por la Dignidad llegan a Madrid de diversos lugares de España |
el territorio de la democracia
La observación atenta y paciente
de Saskia Sassen no ve que los conflictos en curso puedan ser superados con
cambios de liderazgo, porque lo negativo y brutal que se está imponiendo viene
de unas dinámicas enmarañadas en un sistema, el actual proyecto de
globalización.
Plantea la socióloga, que para
liberarse de ese sistema que excluye -expulsa- se necesita generar dinámicas
incluyentes -de participación- para sentirse parte y compartir una comunidad
compleja por su diversidad.
Para ello, la democracia, que
nunca ha venido de arriba, afirma la cientista social, es el territorio propio donde
pueden concretarse las reclamaciones profundas de la base, sumando a actores con
diferentes capacidades y modalidades.