"Magnicidio: la historia del crimen de mi padre”, así acaba titulándose
el largo y solitario recorrido de Carmen Frei, junto a su esposo, Eugenio
Ortega, fallecido avanzado el camino, y el abogado Álvaro Varela. La obra de la
hija hace de antesala al inicio del juicio, como resultado de las
investigaciones del juez Alejandro Madrid durante 17 años, contra tres autores,
un cómplice y dos encubridores, del crimen al ex presidente de la República,
Eduardo Frei Montalva, que podría quedar para sentencia en siete meses, marzo
de 2018.
El dictador y los médicos
Carmen Frei, como muchas mujeres, encontró la verdad con viento y marea en contra. |
El dictador y los médicos
La inteligencia del Ejército de
Chile intervino, con la atenta mirada del dictador Augusto Pinochet, para que Eduardo
Frei Montalva, hospitalizado para ser operado de hernia al hiato, terminara sin
vida, hace más de 35 años, en enero de 1982.
Médicos de la Universidad
Católica se apersonaron de inmediato tras la muerte. En secreto, sin
autorización familiar, lo colgaron de una escalera y vaciaron sus órganos. Veinte
años después, el juez dio con la ficha, caratulada N.N, correspondiente a Frei Montalva
en dependencias de la clínica de la Universidad, y también encontró la misma escalera
usada el día de su deceso.
El Ejército y la Universidad
Católica, dos instituciones centenarias envueltas en la participación de un
crimen de Estado, según antecedentes recogidos por la instrucción judicial. Un
magnicidio.
El ejército
El “Nunca más” del Ejército (2005)
ha quedado en nada. Los mandos de la última década se han sumado al “pacto de
silencio” que juraron decenas de generales, a comienzo de la transición, a no colaborar
con jueces que investigan causas contra crímenes cometidos durante los 12 años
de dictadura.
El Ejército y su “indiferencia moral”, no es coherente con una
democracia que se funda en los derechos humanos y por lo tanto su actitud
desafía a las instituciones democráticas: el gobierno, el parlamento y los
tribunales.
El Ejército se resiste a la
investigación repitiendo una y otra vez: no hay antecedentes, se quemaron,
invariable respuesta ante oficios provenientes del parlamento o preguntas del
juez instructor, no obstante que el juez Madrid ha verificado que el Ejército
tenía carpetas sobre Frei y que esa información había sido digitalizada.
Los gobiernos
Desde hace 10 años, la presidenta
Michelle Bachelet y el presidente
Sebastián Piñera con voz firme y solemne comprometieron su palabra en empeñarse
por aclarar la verdad sobre la muerte del ex presidente Frei Montalva.
No cejaremos un instante en aclarar las circunstancias de su muerte (...)", decía Bachelet. "Como Presidente de Chile yo hago mío este
deber de colaborar para que la muerte del presidente Frei Montalva sea de una
vez por todas esclarecida (…)”, declaraba Piñera.
Sus prometedores esfuerzos
quedaron ahí. No se sabe si hubo gestiones o si éstas no tuvieron resultados y
optaron por dejarlo. Ni ella el 2010 ni él en el 2014 dieron cuenta de gestión
alguna y ahora, la presidenta consigna lo que ya se sabe: “la justicia está
llegando a quienes asesinaron al Presidente Frei Montalva”.
Los gobiernos democráticos de
centroizquierda y de derecha han dado señales de impotencia ante un Ejército
que conserva bien atado sus lazos con su lado oscuro, el del crimen sistemático
contra dirigentes opositores a la dictadura de Pinochet, sean socialistas o
comunistas o como Frei, fundador de la Falange Nacional y de la Democracia
Cristiana, su máximo líder durante 36 años.
La DC
La Democracia Cristiana, “el
partido de Frei” reaccionó mal ante la iniciativa de Carmen Frei de comenzar a
indagar en la idea de descubrir “Quién mató a Frei”. Muchos dirigentes se
sintieron incómodos, si no molestos, de su osadía y algunos hasta intentaron sancionarla
en su propio partido. Obsesionados en el poder no estaban dispuestos a tolerar
dar pasos que pudieran irritar a poderes fácticos como el Ejército.
La DC demoró 15 años en recapacitar,
cuando un consejo directivo se dispuso a escuchar a Carmen Frei, a interesarse
por lo que había hecho para descubrir el magnicidio. Luego, en marzo de 2016, se
sumó a la querella contra los responsables del crimen. El partido había evitado
involucrarse en acciones que abrieran paso hacia un esclarecimiento del crimen
de su fundador.
Contenta y cómoda en el poder
frente al temor a la reacción militar, la dirigencia de la DC se inclinó a
seguir el llamado del ex ministro de Defensa del primer gobierno de la
Concertación, Patricio Rojas, cuando, en 2006, en forma airada planteó que
dejaran en paz a Frei en su tumba. Casi todos callaron. Rojas es concuñado del
doctor de sanidad del Ejército, Patricio Silva Garín acusado por el juez Madrid
como uno de los autores del homicidio de Frei.
La justicia tiene su hora
El libro de Carmen Frei, leyéndose estos días, es un preludio del juicio y sentencia que se dictará, unos meses más, sobre la
causa del crimen de Estado contra Frei Montalva. Sus páginas representan , un nuevo hito del trayecto recorrido por decenas de miles de familias chilenas. Testimonio de la búsqueda de la verdad y la justicia que se sobreponen al “peso de la
noche”, que mantiene “esa tendencia casi general de la masa al
reposo (como) garantía de la tranquilidad pública”.
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