Monday, September 25, 2006

LA SORDERA DEL CARDENAL


¿La comunidad musulmana en Chile será convocada a participar a la Acción de Gracias por Chile el 18 de septiembre de 2007? ¿Lo será bajo ciertas condiciones o recomendaciones? Preguntas como éstas quedaron ahí, dando bote, a la salida del Te Deum ecuménico del pasado 18, luego de la sorprendente jugada de Abdul Karim Paz en representación del Islam en Chile al momento de Orar por la Paz.

Karim con un lenguaje directo, sin eufemismos, desplegó a sus anchas una oración que causó asombro y no menos turbación entre autoridades religiosas y políticas. Dijo que Dios prohibe las agresiones de los los tiranos que se imponen a sangre y fuego y llama a la legítima defensa – la Jihad, en árabe, junto con exhortar a un diálogo enriquecedor y buen trato entre los pueblos, culturas y civilizaciones.

La réplica del Cardenal Errázuriz fue llamativa, aunque escasamente observada. Evocando una treta de su padre anotó: "frente a ciertas cosas, y a esta edad, comienzo a quedarme sordo". Aunque su jugada pareció quedar en el vacío, pudo escucharse un zumbido, como el chasquido del látigo, pudiéndose reconocer, en su indiferencia, un acto representativo de una forma de ser aristocrática, superior, autosuficiente.

La actitud del Cardenal se asemeja a la de algunos judíos que escuchaban al Buen Pastor. Según Juan, en su Evangelio, las palabras dichas por Jesús una vez más dividían y unos decían: "Es víctima de un espíritu malo y habla locuras, ¿para qué escucharlo más?". Según el adagio popular "no hay peor sordo que el que no quiere oir", su aplicación preocupa más cuando es alguien a quien se le ha confiado ser pastor, guía.

Escuchar no es fácil en estos tiempos de diversidad. Se requiere de apertura a conocer la diferencia, del cultivo de valores, como la tolerancia respecto del "otro", (pueblo, religión, cultura, civilización) más todavía cuando Chile está reconociendo ser parte de una realidad global. Esto exige adquirir una combinación de cierta humildad y fuerza para plantearse en un mundo complejo por sus intricados códigos de conducta, distintos valores y múltiples identidades culturales que suelen desconocerse o simplificarse.

Recién, el Papa Ratzinger ha encarado el furor de los musulmanes provocado por su polémico discurso en Ratisbona (Alemania). Se percibe en él un esfuerzo a escuchar y comprender esa indignación que, justificada o no, representa la presencia de ese "otro" que se siente sensiblemente perjudicado. Conservando las distancias de los hechos, el jefe católico, a diferencia del prelado chileno, adopta un actitud de cierta humildad, contrapuesta a esa sordera autosuficiente, al convocar a un diálogo con representantes de países musulmanes para escuchar y ser ecuchado, explicar y ser comprendido.

A la salida de las conversaciones, Benedicto XVI subrayó su "estima" y "respeto" por la religión islámica y agregó que el diálogo interreligioso e intercultural es "una necesidad vital" de la que depende "en gran parte nuestro porvenir", como humanidad. La fuerte experiencia del Papa con el mundo musulman, ¿abrirá los oídos del señor Cardenal que le permita allanarse a escuchar la oración del representante musulmán en Chile en el Te Deum del 2007?

Monday, September 18, 2006

EN EL 33 ANIVERSARIO...


 


... la ausencia del otrora allendista, Ricardo Lagos en el tradicional acto de recuerdo a “los hombres de La Moneda”, caídos el 11 de septiembre,contrastó con la presencia del otrora tenaz opositor a Allende, Patricio Aylwin. Llamativo, más todavía, cuando ese día de remembranzas trágicas, el ex Presidente Lagos agendó una cena con prominentes “hombres de negocios”, fervorosos partidarios del golpe militar contra el gobierno de Allende.

Mientras aquello acontecía en la tranquilidad de una casa acomodada, afuera, distante, en distintos lugares de la gran ciudad, reinaba la perturbación. Incontables menores y jóvenes, en su mayoría, levantaban barricadas, reventaban transformadores de electricidad, apedreaban vehículos, incendiaban sucursales bancarias y oficinas de la periferia, saqueaban establecimientos comerciales, explosionaban bombas, disparaban con armas semiautomáticas contra carabineros.

Al día siguiente, el invitado estelar de los “hombres de negocios”,refiriéndose a la violencia que estallaba en 31 comunas mientras cenaba mousse de camarones y congrio salteado, sentenció: “Este no es el Chile que hemos construido todos durante muchos años”. ¿Y qué es entonces? ¿Acaso la manifestación de seres extraños provenientes de territorios desconocidos? Puede ser, sí círculos amplios y heterógeneos de la ciudad política (extensible al mundo occidental y oriental, Asia-Pacífico), Chile es un ejemplo de “orden”, “estabilidad”, “seriedad”, “prosperidad”. Un imaginario de Chile verosímil.

No obstante, el Chile construido estos años posee más de una ciudad,diferentes a aquella desde la que habla el ausente de La Moneda. Las otras ciudades son difíciles de definir porque se las conoce poco; cuando se habla de ellas es para mostrar un solo lado, el oscuro, especialmente el del delito común. Basta sintonizar con la televisión de los empresarios Sebastián Piñera y Ricardo Claro, además el de la Pontificia Universidad Católica de Chile.

Las ciudades albergadas en estas 31 comunas perturbadas del día 11 están distantes para la ciudad política (de la élite), más todavía cuando la velocidad con que las atraviesan a través de las autopistas urbanas (subterráneas o abiertas) los desconecta del entorno, los ciega, impidiéndoles percibir ambientes, aspectos, rostros diferentes a los de sus respectivos cotidianos. Por eso, en cierto modo son extraños, habitantes de otras ciudades.

Los enfoques de estos medios de comunicación, virtuales y físicos, dificultan el contacto, el conocimiento o el acceso a ver y entender esa diversidad de ciudades construidas en estos años. El cuarto gobierno de la Concertación se ve sorprendido por la beligerancia de esos “otros chilenos”, extraños para la élite, a pesar de que hace tiempo son protagonistas principales de estas fechas, pero que al día subsiguiente desaparecen del primer plano mediático y de las preocupaciones verdaderas: lo que ocultan sus manifestaciones.

El hecho de que sean “grupos muy menores y poco significantes”, como dijo una Ministra chilena en La Habana, no se desprende de que nada importan; son talantes construidos por este Chile, de los 16 años, incluyendo esos 6 del ahora profesor Lagos; son también hijos de esta modernidad de la que la “ciudad política” guarda una religiosa devoción.

Pero, desde esa ciudad sorprendió el Comandante en Jefe del Ejército cuando levantó hipótesis explicativas del episodio en cuestión: (éste) “obedece a la mezcla de factores de marginación, de gente que se siente excluida del sistema. Otros usan las manifestaciones para cometer delitos (...). Pienso también que la juventud es inmediatista, que ha perdido un poco la pacienciaque se requiere para obtener cosas”.




Sunday, September 10, 2006

Los obispos del día después


por Pablo Portales
Por qué los obispos cuando se montan en el sexo suelen perder los estribos. Esta vez han salido disparados, con desenfreno, empleando un lenguaje confrontacional con el Gobierno de la Concertación de Michele Bachelet: "el documento normativo (sobre la píldora del día después) recuerda a políticas públicas fijadas en regímenes totalitarios que pretendían desde el Estado regular la vida íntima de las personas en función de criterios autoritarios, no consensuados, y reñidos con el respeto a la dignidad de la persona humana".

Un lenguaje muy diferente a los tiempos de la llamada "revolución sexual", de la segunda mitad de los sesenta. Entonces, el Gobierno democratacristiano de Eduardo Frei Montalva introdujo en su política pública de salud el concepto de planificación familiar y, consecuente con ello, comenzó a entregar la píldora anticonceptiva. Los obispos no comulgaron con la iniciativa, pero tampoco embistieron contra el régimen democratacristiano ni se les ocurrió compararlo con el sistema soviético o chino.

El Papa Roncalli, dos años antes había abierto el Concilio Vaticano II dejando que viento fresco soplara en las mentes de obispos de todo el mundo reunidos en disputadas reuniones. La apertura conseguida llegó a sellar una reconciliación con la modernidad proveniente de la Ilustración, la de la primacía de la razón y la ciencia.

Una evidencia de este comienzo fue el resultado de la primera Comisión Pontificia de Estudios de la Natalidad nombrada por el Papa Montini: el 60% de los obispos, el 80 de los teólogos y el 100% de los laicos (hombres y mujeres) aprobaron la idea de control de la natalidad. Sin embargo, Montini, temeroso, designó una segunda Comisión, que trabajó en forma secreta y compartimentada.

La conclusión fue contraria a la primera y la redacción de la encíclica Humana Vitae (1968), redactada en un 60% por el Cardenal de Cracovia, Karol Wojtyla, niega el avance científico-tecnológico de la píldora como regulador de la natalidad. La encíclica decepcionó en amplios sectores del catolicismo e incluso sus conclusiones fueron interpretadas y matizadas por los obispos alemanes, canadienses, franceses, entre otros.

El mismo Wojtyla, en su Pontificado de 25 años, introdujo una atmósfera de rigurosa disciplina, poniendo atajo a todo disenso en materias éticas y teológicas; formó progresivamente episcopados afines, como el chileno actual, a su línea pastoral fundada en un neoconservadurismo doctrinario. Sus encíclicas fueron incontestadas, especialmente la referidas a la familia y ética sexual. Condenó con pasión el uso del preservativo, soslayando a éste como un medio eficaz para salvar de una muerte inminente a millones de personas en el mundo al contraer el Sida.

En estos días, bajo el papado de Ratzinger, ha sido destituído de la cátedra de bioética el teólogo jesuíta Juan Masiá de la Pontificia Universidad de Comillas por sostener que el condón "no sólo se usa como prevención de un contagio, sino como un anticonceptivo corriente, y se puede usar para evitar un embarazo no deseado y evitar un aborto".

La píldora (en los 60), el condón (en los 80) y, ahora, la píldora del día después (en los 2000) son claves para afrontar "emergencias", lo que no contradice fortalecer una formación de criterios para que la sexualidad se exprese en las diferentes etapas de la vida humana. Pero, el incremento del embarazo no deseado: 20% en las adolescentes situadas en el quintil más pobre y 2% en el quitil más rico (con acceso a la píldora del día después), está revelando, además de una desigualdad de oportunidades, que familias y colegios no parecen preparadas para hablar de sexualidad con niños y jóvenes.

La Iglesia católica, por su parte, se limita a hacer llamados a una responsabilidad circunscrita a llevar una vida sexual activa dentro del matrimonio y de continencia antes o fuera de él. Una forma de pensar que puede decirse, pero no forzarla a toda la sociedad, más aún cuando se vive una fase de la modernidad -o posmodernidad- bajo la primacía del placer y la técnica. Más, cabría abrirse a un nuevo diálogo con este nuevo mundo, diferente al de la Ilustración y, en ese sentido escuchar la propuesta del Cardenal Carlo María Martini de preparar un nuevo Concilio. Una oportunidad para aprender a montar y no perder los estribos.

Thursday, September 07, 2006

Patricio Rojas y ''el silencio de los corderos''






José Tohá, prisionero, le anunció a su esposa que lo iban a matar cuando estaba internado en el Hospital Militar; Augusto Lutz le escribió a su familia que lo sacaran de ahí, luego de ser intervenido en el mismo hospital; y Eduardo Frei también le escribió a su familia que lo sacaran de inmediato de ahí, tras ser operado por segunda vez en la Clínica Santa María. Los tres, en vida, dieron señas inequívocas de un inminente desenlace, antes de su agonía.

En los tres casos no ha habido proceso judicial en contra de nadie y, por ende, sentencia, ni se ha establecido una verdad jurídica sobre que hayan sido asesinados. No obstante, en los tres hay evidencias, de diferentes cualidades, de que hubo intervención de terceros. En el caso de Tohá hay una convicción absoluta y en los otros dos, aunque relativa, hay méritos para creer que sí hubo.

En dictadura, las denuncias judiciales en contra de los que resultaran responsables o de los agentes de los servicios secretos civiles y militares o no eran investigadas o, si lo eran, nunca se llegaba a una sentencia, menos se establecía una verdad jurídica. Sin embargo, para una parte muy importante de la sociedad chilena, en forma declarada o no, sí se tenía la convicción de que eran crímenes políticos de la mano de civiles o uniformados al servicio del régimen militar.

La convicción de que Orlando Letelier había sido asesinado por agentes de la policía secreta de la dictadura se formó más de 15 años antes de que tribunales chilenos dictaran una sentencia en contra de los jefes de aquella policía. La convicción de que Carlos Prats fuera asesinado por la misma mano no ha tenido que esperar un fallo judicial en los tribunales chilenos, aún pendiente. La convicción de que el atentado a Bernardo Leighton fue una decisión de la policía secreta chilena no requirió siquiera de un proceso en Chile, e incluso en nada varió cuando la Corte Suprema negara extraditar a su jefe a Italia.

Por qué no creer ni levantar como principal hipótesis que Eduardo Frei Montalva fue asesinado, más aún cuando desde hace seis años comienza a formarse un voluminoso expediente judicial que evidencia hechos (no conjeturas) increíbles. En este contexto, llama la atención que el ex ministro de Defensa del primer gobierno de la Concertación, Patricio Rojas llame a poner un punto final al debate suscitado por las revelaciones de la investigación judicial a través del programa de televisión Informe Especial.

Extraño eso de convocar al silencio, una práctica tantas veces impuestas por la dictadura cuando las palabras en voz alta incomodaban. Raro eso de invocar el ideario democratacristiano para pedir respeto a la familia de varios médicos, entre ellos la del doctor Silva Garín, su pariente. Su aparición de aspecto glacial, lenguaje áspero y mensaje chocante fue otro ingrediente de una trama minada de sorpresas y todo indica que no será la última de este empinado y poderoso funcionario del cuarto gobierno de la Concertación.

Sunday, September 03, 2006

El secreto deseo de ser vampiro

Vampiros escaparon de la boca del prominente senador. Un sobresalto sacudió a políticos y empresarios que suelen acudir al ágora mediático. Una mezcla de temor y furia se dejó caer sobre el sorprendente parlamentario. Algunos vieron la presencia del endemoniado tiempo de la batalla de Chile (1970-1973), o el paso de una nube espectral cargada de odios y de descalificaciones a punto de precipitarse como piedras, o la reaparición de un nombre, aún vivo, que reconcentró la inquina en los años siguientes a la batalla. Consternación en la plaza y no es para menos si se trata de vampiros sin control.

Criaturas que se alimentan de sangre de seres humanos para mantenerse vivos e incrementar su población. Criaturas provistas de fuerzas sobrenaturales: bebedoras o chupadoras de sangre humana que disfrutan como dioses. Vampiresas y vampiros, criaturas de intensa atracción y repulsión a la vez: paralogizan, cautivan hasta entregarse a éstas sin más. Poderosos, atractivos y seductores se desplazan sigilosos en la penumbra bajo diversas formas. Estos seres son potentes surtidores de abundantes metáforas.

Estas figuras de la retórica son peligrosas para el discurso político. No obstante, cuantas veces la idea de la sangre que circula por venas y arterias del cuerpo humano se ha trasladado al sentido del dinero que circula por los mercados del sistema económico. La sangre y el dinero cumplen funciones semejantes en organismos diferentes. Ambos elementos son vitales, fluyen, aunque precisan regulación, de lo contrario la vida que animan se altera, trastorna o sucumbe.

La idea vampírica del chupasangre se asocia a la idea explotadora del empresario que consigue una ganancia excesiva a costa de sustraerle valor al trabajo. Esta idea no sólo se aplica a la relación empresario-trabajador, sino también se da entre empresario-empresario. Grandes empresas succionan dinero a sus proveedores (otras empresas) pagando a 60 o 90 o hasta 120 días, lo mismo hacen medianas y pequeñas empresas, hasta llegar al último eslabón, la microempresa y el trabajador independiente que le provee servicios.

Cada uno pone a trabajar el dinero del otro, acumulando sumas extraordinarias que le dará más fuerza. Todos se contagian, como el vampiro que chupa la sangre e incorpora a su víctima en la legión. Hoy, la norma (lo “normal”) es el funcionamiento de este mecanismo de succión, producido en ese lado opaco (no transparente) de lo cotidiano, como la atmósfera de penumbra en que se mueven los vampiros.

El Fisco también ha sacado ventajas (fuerzas) de esta práctica de beber del dinero de sus proveedores (empresas particulares). Sin embargo, la Presidenta cogió una estaca, apuntó al corazón y anunció el fin de cancelar sus compromisos a más de 30 días. Pero, el estacazo ¿dio en el blanco?

Tras la pasión del senador y el temor de sus contradictores, asoma la evidencia de un sistema económico que incita a los empresarios de todos los tamaños a sorber y sorber del dinero del otro y mientras más, más satisfacción.

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Pablo Portales, periodista