Friday, March 28, 2014

LA CLASE MEDIA ESTÁ SIENDO DESALOJADA

La socióloga Saskia Sassen, la única mujer entre los 10 más reconocidos cientistas sociales del mundo, - en el Centro de El Born de Barcelona - revela que el modelo de globalización, aceptado por muchos gobiernos, está expulsando a las clases medias de territorios construidos por el Estado moderno. Movimientos sociales de diferentes orígenes se resisten a abandonarlos.

Saskia Sassen: unir capacidades y modalidades en los movimientos sociales

las expulsiones del sistema

El recorrido intelectual hecho por Sassen fue concluyente: la clase media, constituida en un actor histórico en el desarrollo del Estado moderno, ha comenzado a ser desalojada brutalmente de su territorio  a través de la acción tenaz de desregular, privatizar y financiarizar la economía mundial.

El resultado o cosecha de lo sembrado por el capitalismo financiero, en los 80 y 90, es la lógica de expulsión, que se evidencia en millones de familias desplazadas de sus territorios, de trabajadores desempleados de sus faenas y de pequeños empresarios y profesionales autónomos excluidos de mercados productivos y de servicios

La expulsión de estos sectores de la sociedad se vuelve trágica cuando comienzan a desaparecer socialmente: el sistema político no les reconoce ni considera, el económico no les contabiliza y el mediático los acaba por invisibilizarlos.

gobiernos colaboran en el desalojo

La dinámica del capitalismo financiero consiguen la aceptación o sometimiento de Estados y gobiernos, los que la fortalecen con normativas legisladas o decretadas para aplicar los principios económicos globales en cada país.

El Ejecutivo, como parte del Estado, es el colaborador por excelencia del proyecto de globalización, que desnacionaliza y privatiza el territorio al perder competencias o facultades. Así, el Estado se distancia de los ciudadanos, deja de cumplir su rol representativo y debilita su legitimidad democrática.  

Este proceso tiende a cubrir el máximo de territorio donde el Estado ha gozado de una soberanía indiscutida desde la revolución francesa y americana. Ahora, fluyen cada vez con más recurrencia lógicas de reclamación que se enfrentan a las del poder. Los ciudadanos muestran rechazo a que sus derechos sean minimizados y sus beneficios liquidados.

movimientos sociales resisten

El territorio como espacio de representación se libera del encaje singular con un Estado que presume como único representante de su pueblo. Algo que, según la socióloga, las constituciones de las post-dictaduras militares en América Latina, las post-comunistas en Europa y la del post-apartheid en Sudáfrica lo establecen: el Estado da menos, los ciudadanos reciben menos.

Así, surge la distancia recelosa entre el Estado y los ciudadanos. Irrumpen nuevos actores, movimientos sociales con genealogías de diversos significados, que construyen sus propios territorios de reclamación. Es lo que ha ocurrido en los últimos cinco años en Chile, Israel, Inglaterra, España, Islandia, Estados Unidos o en Brasil, entre otros.

Las distintas experiencias de estos movimientos tienen en común ganar territorio ante la imposición de políticas de austeridad, seguidas de la mercantilización de la sociedad, que recorta derechos cívicos, económicos, sociales y ambientales conseguidos bajo los estados de bienestar modernos sean de signos capitalistas o socialistas.

Movimiento por la Dignidad llegan a Madrid de diversos lugares de España 

el territorio de la democracia

La observación atenta y paciente de Saskia Sassen no ve que los conflictos en curso puedan ser superados con cambios de liderazgo, porque lo negativo y brutal que se está imponiendo viene de unas dinámicas enmarañadas en un sistema, el actual proyecto de globalización.

Plantea la socióloga, que para liberarse de ese sistema que excluye -expulsa- se necesita generar dinámicas incluyentes -de participación- para sentirse parte y compartir una comunidad compleja por su diversidad. 

Para ello, la democracia, que nunca ha venido de arriba, afirma la cientista social, es el territorio propio donde pueden concretarse las reclamaciones profundas de la base, sumando a actores con diferentes capacidades y modalidades.

Monday, March 17, 2014

LA DEMOCRACIA EUROPEA, EN JAQUE

La cientista política Susan George describe, en el Centro El Born de Barcelona, una Europa desdibujada en su identidad democrática. La Unión Europea, en manos de la clase de Davos, deambula con políticas neoliberales. En seis años de crisis, el resultado es la desafección ciudadana hacia conservadores y socialistas y  el temor de un gran auge de la ultraderecha en las elecciones del Parlamento europeo. 

Susan George afirma que Europa está siendo despojada de su identidad democrática

hacia una europa neoliberal

El alma activista de la cientista política, Susan George, de origen estadounidense (1934) y ciudadana francesa (1994), avivó a los asistentes, cuando preguntó cuántos habían votado en las elecciones europeas de 2009. Sorprendida, al ver centenares de manos alzadas, incrédula, volvió a preguntar por los que votarían en las próximas,  entre el 22 y 25 de mayo. La escena se repitió

La  consulta traslucía angustia: “Europa dice ser democrática, pero no lo es”. Abandona su seña de identidad que la distinguió como “un faro para el resto del mundo”, con un sistema con más igualdad y redistribución de social que otros; con una salud y educación universal, con universidades de excelencia y, con revoluciones reales, como la francesa.

Una muestra de falta de democracia es la forma de gobernar de la Comisión Europea (CE), representando a todos los Estados: para definir el Tratado de Libre Comercio con Estados Unidos, el 93% de sus reuniones han sido con representantes o lobistas de las grandes corporaciones y el 7% con representantes sindicales, ecologistas u otras asociaciones.

gobiernos “en los bolsillos” de la clase de Davos

La CE contempla formar en el Tratado un sistema de arbitraje privado para determinar el monto de indemnizaciones  producto de disputas comerciales entre gobiernos y compañías privadas. Contenidos que marcan la dirección anunciada por el subtítulo del Informe Lugano II (2012): “Esta vez, vamos a liquidar la democracia”,

Esta fue la conclusión de Susan George después de quedar defraudada de los gobiernos europeos: “yo creí en 2008 que los gobiernos iban hacer algo para evitar que desmoronara el empleo, que controlarían las finanzas e impondrían nuevos tributos, pero me equivoqué”.

Los gobiernos (socialistas y conservadores) desfallecieron ante la clase de Davos, “la que dicta las políticas del futuro y tiene en los bolsillos a los políticos”.  Una clase que aprovecha la crisis para instalar el neoliberalismo, de origen anglosajón, que representaron Reagan y Tratcher en los 80 con políticas del crecimiento infinito y políticas de austeridad.

un movimiento social europeo

Lo han conseguido cuando los gobiernos europeos, incluido el del socialista, Hollande, establecen que la competitividad es sinónimo de recortes sociales y particularmente del trabajo, en vez del capital, que continua retirando suculentos dividendos, con beneficios de un 10% más que hace 20 años.

La clase de Davos, como Margaret Tratcher, hace 30 años, quiere convencer que no hay alternativas. Lo ha conseguido en los gobiernos europeos, que actúan como genuinos delegados, pero en la sociedad se prepara una larga lucha para hacerse oír por los gobiernos.

La “Altercumbre” integrada por políticos, economistas y movimientos sociales europeos se prepara para librar  una batalla ante el tratado Usa-Europa, la ultraderecha europea y las políticas de austeridad de la CE.

elección de miedo en Europa

Así, se pretende darle una dimensión nueva de la política, como lo fueron en el pasado el movimiento anti esclavitud, el de las sufragistas, el de los ecologista y el de las feministas,  movimientos  muy amplios, porque los cambios en Europa ya no pueden hacerse a partir de un solo país. 

Ante esta nueva realidad, Susan George se ha unido a un nuevo partido, el  Nouvel, que alude  hacia la formación de un nuevo pacto y llama a votar en las elecciones del Parlamento Europeo que elegirá por primera vez el presidente de la CE. Los resultados serán indicativos sobre  el rumbo de la Unión Europea.

Las angustias de Susan George se acentúan cuando en Francia las alternativas parecen reducirse a la abstención o el ultraderechista Frente Nacional, luego que los partidos conservadores y el socialista, en el gobierno, confundidos en el mismo ideario neoliberal, dejan de ser creíbles ante buena parte de la ciudadanía francesa.

Sunday, March 09, 2014

BAUMAN: ¿CAMBIO DE GOBIERNO O CAMBIO POLÍTICO?

Michelle Bachelet asume el gobierno, pero ¿y el poder? Toda una incógnita, si la Nueva Mayoría  acabará o no con el lucro en la educación o si liberará la democracia "secuestrada" con una nueva Constitución. Desde Barcelona, Zygmunt Bauman, el padre de la "modernidad líquida", señala que los gobiernos ya no mandan, pues el poder, escindido de la política, es de la elite del dinero.

Bauman: "¿los políticos se dan cuenta que no tienen poder?"

los programas no se cumplen

“Los electores (ciudadanos) pueden cambiar un gobierno, pero no su política”, aseguró el sociólogo polaco de la Universidad de Leeds (Gran Bretaña) Zygmunt Bauman, en un ciclo sobre identidad europea que se celebra en Barcelona dentro de la conmemoración del Tricentenario de la Guerra de Sucesión (1701-1713), que afianzó la unidad de España, en detrimento de las naciones periféricas, como Cataluña.

La afirmación del sociólogo, puesta en el Chile de hoy, sugiere la interrogante de si el cambio de gobierno, de la Alianza “conservadora” de Piñera a la Nueva Mayoría “progresista” de Bachelet, producirá o no un cambio de política, como se ha prometido.

Un Primer Ministro (o una Presidenta) como político  busca ser reelegido, recuerda Bauman. Para eso, se conecta con los votantes, promete un programa, pero luego no puede cumplirlo, porque los mercados globales imponen ajustes y medidas que deforman o anulan aspectos esenciales del programa comprometido. Y el sociólogo polaco se pregunta si los políticos se dan cuenta o no que no tienen poder.

el parecido de Zapatero y Rajoy

Es lo que le pasó en España al socialista Rodríguez Zapatero cuando, en mayo de 2010, bajo presión de la llamada troika (CE, BCE y FMI) se sometió e incumplió sus promesas o a su sucesor, el conservador Rajoy, que a menos de un mes de asumir la presidencia del gobierno comenzó a contravenir su programa en forma sistemática.

“En un momento determinado lo que hizo Zapatero no se distingue de lo que hace Rajoy”, acotó Bauman. Una percepción similar se ha arraigado en Chile, cuando diferentes gobiernos han incumplido la promesa de disminuir las desigualdades socioeconómicas y cambiar un sistema electoral que distorsiona la voluntad de los ciudadanos, banalizando la democracia.

La gran escisión entre el Poder y la política es uno de los signos de este siglo. Los mercados mandan y los gobiernos ceden a costa de los ciudadanos. Así, la democracia  se deteriora y pierde crédito. En Europa se advierte con el ascenso de la ultraderecha populista y en Chile con el abstencionismo electoral de millones de ciudadanos.

la democracia suplantada por el dinero

Bauman describe cómo las grandes corporaciones financieras e inversionistas actúan en un espacio global, mientras los gobiernos lo hacen en un espacio local (Estado-nación), heredero de la Paz de Westfalia (1648), que dio origen a los principios de la soberanía nacional y territorial, actualmente erosionados por el Poder del dinero.

La democracia representativa  en  Europa (como en Chile) es suplantada, de facto, por la dictadura de la élite mundial que mueve sus capitales libremente por el mundo, subordinando o simplemente atropellando a los países y sus gobiernos elegidos democráticamente.

Esta élite, que se ha separado de la política y de los ciudadanos, es muy diferente a la del siglo XVIII, cuando aquella se planteaba como perspectiva elevar el nivel social y cultural de pueblos sumidos en la miseria e ignorancia y lograr formar ciudadanos con  derechos.

la ruptura entre el siglo XX y XXI

Bauman ejemplifica con Henry Ford, cuando éste, en pleno siglo XX, duplicó el salario de los trabajadores con la intención que éstos adquirieran sus automóviles. Aunque no lo logró, su opción traslucía la creencia en una relación interdependiente y en la idea de promover una mano de obra formada, hábil y, así, evitar que la competencia se los levantara..

Ahora, la elite tiene un comportamiento muy diferente. Ha roto unilateralmente esa interdependencia. Los trabajadores siguen dependiendo de los grandes inversionistas, pero éstos no más de los trabajadores.

Las grandes compañías, ahora, con sólo apretar el botón de un ordenador, dice Bauman,  transfieren sus capitales a otras partes, cuando movimientos sociales presionan contra grandes inversionistas o cuando los gobiernos desafían o no obedecen las señales del mercado o no aceptan la impunidad de los abusos de la dictadura del Poder del dinero.