Monday, February 02, 2009

¿EMPATE? NO, UN SAQUEO


¿Por qué TVN le da un portazo a Salvador Allende, cuando hace seis meses lo mostraba como “el más grande de la historia de Chile”? Las 1973 revoluciones por minutos no pasarán… por sus pantallas. El director del filme, Fernando Valenzuela dice que la explicación dada fue que si se accedía a mostrarse su película, después podría llegar una otra sobre Pinochet.

En la argumentación asoma la figura del cínico que simula ecuanimidad, equilibrio, en este caso, entre dos personas de conductas públicas que representaron valores muy lejos de ser equivalentes, como es la que subyace a la explicación de la negativa de TVN.

No obstante, la razón esgrimida no es casual ni aislada. Por muchos años se difundió que Chile vivió entre 1970 y 1973 una “dictadura marxista”, sin libertades o que, si no la había, el gobierno de Allende se proponía implantar un régimen comunista. De ahí se explica el golpe de estado que instaura el llamado régimen militar y que más tarde se reconoció como “la dictadura de Pinochet”.

Una dictadura (o cuasi dictadura) frente a otra dictadura es el esquema de pensamiento contenido en la decisión de negarse a la petición de Valenzuela, como si los ya casi 29 años de libertad no fuera tiempo suficiente para que la dirección del canal no distinga ni valore los talantes de Allende y Pinochet (y sus gobiernos) de acuerdo a sus conductas y responsabilidades en los hechos.

Ya en el mismo 11 de septiembre se producen dos hechos que hablan de sus atributos: Allende, que cumple su promesa de defender la democracia en La Moneda y que sólo lo sacarían de allí muerto y Pinochet, que rompe su juramento de soldado de defender la Constitución al encabezar una insurrección armada destruyendo La Moneda, cerrando el Parlamento y neutralizando la acción de los Tribunales al proscribir el Habeas Corpus.

Nada puede igualarse a lo vivido entre 1973 y 1990 respecto a la historia de Chile del siglo XX. El uso del mando militar para cometer masacres contra prisioneros, como la llamada Caravana de la Muerte; la operación de una policía secreta comandada por oficiales de Ejército que secuestró a miles de chilenos y que, conducidos a lugares secretos, fueron torturados, muchos asesinados y desaparecidos y que actuó intercambiando prisioneros con servicios secretos extranjeros y atentando contra la vida de prominentes chilenos en Buenos Aires, Roma y Washington.

La propia Televisión Nacional entregó, el 2006, un retrato de esos tiempos, cuando sus pantallas presentaron las evidencias sobre el descenlace de la vida del ex Presidente Eduardo Frei Montalva que, aunque aún no se haya establecido “la verdad jurídica”, (tampoco se ha hecho sobre la mayoría de los desaparecidos) ya no hay dudas de que agentes del estado lo eliminaron, como tampoco las hay con los detenidos-desaparecidos.

El “no” a las 1973 revoluciones por minuto muestra la actitud del que prefiere la comodidad a encarar el asunto con criterios éticos, estéticos, históricos y de interés público. Opta por el empate entre Allende y Pinochet, un resultado muy distinto al “veredicto mediático” emitido por TVN el 18 de septiembre de 2008.